Monday, May 29, 2006

El Evangelio de Optimus Prime

“Vivimos en una época roída por el desencantamiento del mundo”, recitaba un desconocido viejo y borracho sociólogo de nombre Tribilín Weber, mientras bailaba desnudo sobre la tumba de otro viejo barbón. Aún así, creo firmemente en que hoy sí existen figuras que nos regresan al misticisimo perdido. Y estoy seguro, hasta los huesos, que Optimus Prime es una de esas figuras.

Optimus, poseedor de la Matriz Autobot de Liderazgo es el líder, general y profeta de los Autobots, los buenos, versus las fuerzas malignas de Megatron y sus Decepticons, enemigos carentes de toda moralidad y decencia. Un conflicto típicamente ochentero, como todo lo bueno (ej. Chuck Norris, Los Beatles y Platón). Una conflagración ideal entre el bien, la figura mesiánica jesucristiana de Optimus y la siniestra amoralidad pragmática de Megatron. De hecho, el título original de la obra mítica de Nietzsche es en realidad Así Habló Megatron (y no Zarathustra. Esa fue otra invención pro-nazi de su hermana Elisabeth).

Dicho esto, creo que es necesario hablar sobre la importancia teológica de Optimus. Me parece que hoy por hoy no se le toma tan en serio como se le debiera. Comparativamente, me parece que su relevancia religiosa es incluso mayor que la de Jesús, ese hippie postmodernista que cantaba canciones de rock punk en las tocatas de Jerusalem e iba a tirar piedras a la sinagoga “por un acceso a la educación básica para todos” (y mulas gratis para viajar). A éste apenas lo colgaron una vez en una cruz y se murió y ya; Optimus ya tiene currículum de muertes, resurrecciones y sacrificios (y siempre vuelve). Para colmo, Prime es un robot de metal casi indestructible que se transforma en camión. ¿Jesús? De carne y hueso, y ya debe oler peor que los baños de sociales.

Optimus, además, hace en vida todo lo que Jesús hizo a medias (y que sus discípulos tuvieron que arreglar) en cuanto que funda él mismo una ética marcada por el ejemplo de un liderazgo justo, comprometido y muy activo que se ve-ahí en las batallas contra los Decepticons. Jesús jamás en su vida o muerte o resurrección batalló contra nadie de importancia (creo que lo más que hizo fue botar un par de mesas y gritarle a algunos judíos en un templo, o algo así – qué heroico).

Fue Borges quien en su libro Optimus Prime y Cinco Zanahorias dijo “Creo que la falta de Optimus en América Latina es inquietante” y mucha razón tiene. Mencioné que este mundo postmodernista de hoy está desencantado. Ya nadie cree en nada, toda la gente es nihilista, artesa o le gusta Britney Spears. Pero hay una salida, y creo que ya sabes, lector, cuáll es. Cree en Optimus, como él cree en ti. (Optimus Prime será candidato para las próximas elecciones del 2008 en Estados Unidos y la próxima en Chile. Vota por él!)

El último mensaje es este: la gran respuesta a toda pregunta moral es ¿Qué haría Optimus Prime en mi lugar?

1 comment:

Anonymous said...

you are gay